La sangre se extrae de una vena, por lo general de la parte interior del
codo o del dorso de la mano. El sitio de punción se limpia con un
antiséptico y luego se coloca una banda elástica alrededor del antebrazo
con el fin de ejercer presión y hacer que las venas se llenen de
sangre.
Luego, se introduce una aguja en la vena y se recoge la sangre en un
frasco hermético o en una jeringa. Durante el procedimiento, se retira
la banda para restablecer la circulación y, una vez que se ha recogido
la sangre, se retira la aguja y se cubre el sitio de punción para
detener cualquier sangrado.
En los bebés o niños pequeños, el área se limpia con un antiséptico y se
punza con una aguja o lanceta puntiaguda. La sangre se puede recoger en
una pipeta (tubo pequeño de vidrio), en una lámina portaobjetos, en una
tirilla de examen o en un recipiente pequeño. Finalmente, se puede
aplicar un vendaje en el sitio de la punción si hay algún sangrado.
El examen para determinar el grupo sanguíneo se denomina sistema o
tipificación ABO. Su sangre se mezcla con anticuerpos contra sangre tipo
A y tipo B, y la muestra se revisa para ver si los glóbulos sanguíneos
se pegan o aglutinan. Si dichos glóbulos se aglutinan, eso significa que
la sangre reaccionó con uno de los anticuerpos.
El segundo paso se llama tipificación o prueba inversa. La parte líquida
de la sangre sin células (suero) se mezcla con sangre que se sabe que
pertenece al tipo A o al tipo B. Las personas con sangre tipo A tienen
anticuerpos anti-B y las que tienen sangre tipo B tienen anticuerpos
anti-A. El tipo de sangre O contiene ambos tipos de anticuerpos. Estos
dos pasos pueden determinar con precisión el tipo de sangre de una
persona.
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